Amo la vida porque sé y proclamo que es el más grande don que nos fue dado, porque fue mi poseer primero y será el último que me será quitado.
Amo la vida, señores, ¡la disfruto! por el tibio calor del sol cada mañana, por sus noches tan frías y de luto que convierten en espejos mi ventana.
Amo la vida porque cada día me llenará de nuevas experiencias y será cada una de ellas mía y a todas ellas el alma las ansía.
Amo la vida porque la he probado y su sabor agridulce me fascina si algún bien con un mal se me ha pagado no es necesario que esto me deprima.
Amo la vida, y lo que más le amo es el amor que en ella he encontrado ese amor que me ayuda en cada tramo a amar la vida como jamás se ha amado.